La enseñanza

                                       La enseñanza
La enseñanza siempre responde a intenciones, es decir,, es una acción voluntaria y conscientemente dirigida para que alguien aprenda algo que no puede aprender solo. Estas intenciones tienen doble sentido: quien enseña desea hacerlo y quienes aprenden desean aprender. Sin embargo en un sentido estricto, la intencionalidad surge de quien enseña, con una amplia gama de recursos para que los otros puedan aprender algo efectivamente y aun deseen hacerlo.
Fenstermascher (1989) distingue analíticamente la enseñanza “con éxito”, con logro de resultados de aprendizaje, y “la buena enseñanza”, que sustentada en valores éticos y en a validez de aquello que se enseña. Cuando las prácticas de enseñar se transforman en acto de rutina, no es frecuente que se analice este grupo de intenciones.
En este sentido la enseñanza debería considerar ambas dimensiones: promover resultados de aprendizaje y transmitir conocimientos, habilidades, capacidades y modos de relación considerados válidos y éticamente sostenibles.
La enseñanza puede así ensanchar la comprensión de la naturaleza y de la sociedad de quienes aprenden. Vista desde esta perspectiva la enseñanza en las instituciones debería constituirse en una gran distribuidora del conocimiento a individuos y grupos sociales, generando espacios de participación en el mundo social y de la cultura.
                           La enseñanza como mediación social y pedagógica
También  podemos entender a la enseñanza como una acción de mediación entre los conocimientos y las prácticas culturales y las personas que aprendan.
Pero además de entender a la enseñanza como la mediación social en las sociedades (dimensión macro-social) es necesario reconocer la mediación interna de la mediación pedagógica: entre aquello que se enseña y las características  y necesidades de un grupo individuo o grupo concreto.
La idea de mediación pedagógica es útil para comprender que quien enseña no es el centro del proceso de enseñar, por más sabia que la persona sea. Por el contrario, quienes enseñan son efectivamente mediadores entre el contenido cultural a transmitir y las características del sujeto y del contexto.
En las escuelas el docente es el mediador entre el conocimiento y los alumnos, adecuando sus propuestas a las capacidades, los intereses y las necesidades del grupo en particular y  a las características del contexto socio-cultural específico. Tender esos puentes requerirá de la mediación pedagógica del profesor.
La enseñanza es una forma específica de relación entre las personas. Si bien supone una forma de comunicación entre ellas, no cualquier proceso de comunicación implica un proceso de enseñanza. Como acción intencional, la enseñanza busca el logro de resultados de aprendizajes, lo que requiere de un proceso sostenido y dirigido para alcanzarlos. En otros términos, la enseñanza no es algo que ocurra de modo espontáneo ni representa una acción puntual.
Implica una actividad sistemática y metódica, con fases a lo largo del tiempo, y un proceso interactivo entre quienes participan, según valores y resultados que se buscan alcanzar.
Es decir que la enseñanza implica un tiempo y un proceso, sigue una lógica y se conforma por una serie de etapas.
La secuencia metódica no debe ser entendida como un reglamento o código rígido, sino como un marco de actuación básico, de ordenamiento lógico y pedagógico, pero flexible y adecuable  a las características de los alumnos y a la dinámica del proceso en el contexto particular. Así, el docente y los alumnos desarrollarán acuerdos de trabajo y una serie de intercambios que enriquecerán la propuesta inicial.
Ahora bien, la enseñanza busca promover el aprendizaje de manera metódica. Sin embargo, no existe una relación lineal o de causa y efecto entre ambos polos de esa relación. Aunque el proceso de enseñanza este bien organizado, los resultados de aprendizaje pueden variar de modo significativo entre un alumno y otro. Aquí hay influencia de diferentes factores.
Aun cuando la enseñanza siga una clara orientación, el aprendizaje es un proceso con direcciones múltiples.





Orientaciones de la enseñanza
Las prácticas de enseñanza son múltiples y variadas, y las teorías son diversas,. Pero en términos generales existen dos grandes concepciones acerca de la misma:

La enseñanza entendida como instrucción
Destaca la mediación del adulto o profesor como trasmisor de un conocimiento  o modelizador de una práctica. Quienes aprenden incorporan los procedimientos, los conocimientos o los conceptos a partir de la acción de quien enseña, a través de la escucha activa, la observación del modelo, la reflexión interna. La metáfora es la enseñanza como acción del mundo social externo y el aprendizaje como proceso individual, internalizando no sólo los contenidos sino las formas de pnsar, transferibles a nuevas situaciones, y desarrollando el potencial individual(Ausubel, Novak Hanesian, 1983.Reighluth y Merril, 1978)

La enseñanza entendida como guía
Destaca la guía sistemática y metódica por parte del adulto o profesor y el papel central de la actividad de quienes aprenden, a través de la observación directa de fenómenos, la búsqueda y la indagación activa, la resolución de problemas, la reflexión activa y la inventiva. La metáfora es la enseñanza como andamio para que los alumnos elaboren el nuevo conocimiento en una secuencia progresiva de acciones. Admite dos grandes variantes: el grupo ayuda el aprendizaje individual y el aprendizaje constituye un producto de la acción colectiva(Newman, Griffin y Cole, 1991; Greeno, 1997, Cole 1995.



Estas dos grandes concepciones no deben ser comprendidas como modelos rígidos. Aunque reconozcan orígenes conceptuales y enfoques distintos, la oposición es teórica. Constituyen teorías específicas pero integrables entre sí en la realidad de las prácticas.
Su valor conceptual y reflexivo estriba en brindar un marco de análisis para orientar las opciones conscientes de los profesores y no la aplicación fija de un modelo único en cualquier circunstancia.
En la realidad las prácticas de la enseñanza no adoptan rígidamente uno y solo uno de estos enfoques, sino que optan por combinar a veces algo de ambas orientaciones.
Todas las áreas de conducta están presentes en la acción de la enseñanza y del aprendizaje. Como síntesis podemos decir:
ü     La enseñanza siempre implica intenciones de transmisión cultural de muy variada gama de contenidos y del desarrollo de diversas capacidades y destrezas prácticas, desarrollo del pensamiento, hasta resolver problemas, interactuar y participar con otros, o asumir valores sociales.
ü     La enseñanza implica necesariamente  la propuesta de una secuencia metódica de acciones, sea con mayor orientación hacia a la instrucción o hacia la guía, en las que quienes aprenden puedan elaborar sus aprendizaje, a través de la reflexión interna o en la actividad participativa.
ü     Cualquiera sea la decisión de quiénes enseñan, ésta deberá contemplar la coordinación de un sistema de relaciones reguladas entre quienes aprenden, quiénes enseñan, los contenidos que se enseñan y el ambiente, con sus flujos de interacción y sus recursos reales y potenciales.
ü     Sea como instrucción o como guía, la enseñanza siempre tiene implícita la dinámica entre autoridad y autonomía, y sus resultados son previsibles pero variados y abiertos, como lo son las personas y los contextos en los que participan.
ü     Siempre es necesario que quienes enseñan reflexionen sobre estas cuestiones, ampliando la visión y la conciencia en la acción de enseñar, y adoptando decisiones válidas y  valiosas de una buena enseñanza.

                                  (Aportes de otros materiales )
La enseñanza es una actividad, un hacer, una práctica. Feustermacher, docente investigador norteamericano, establece el concepto genérico de enseñanza como una actividad en la que debe haber al menos dos personas, una de las cuales posee un conocimiento o una habilidad que la otra no posee, estableciéndose cierta relación a fin de que la segunda los adquiera.
Lawrence Stenhouse afirma que: “la enseñanza es la promoción sistemática del aprendizaje mediante diversos medios”.
Ángel Pérez Gómez: sostiene que “la enseñanza es una actividad práctica que se propone gobernar los intercambios educativos para orientar en un sentido determinado los influjos que se ejercen sobre las nuevas generaciones”.
Sin el concepto de aprendizaje no existiría el concepto de enseñanza. Aunque aprendizaje y enseñanza sean procesos interdependientes, no es la enseñanza la causa del aprendizaje. Su razón de ser, es favorecerlo  y guiarlo de acuerdo con pautas culturales.
Todo proceso educativo implica:
1)                 Una persona que se ubica en el papel  de aprendiz.
2)                 Una persona que se ubica en el papel de enseñante.
3)                 Algo que constituye un problema para el aprendizaje.
4)                 El contenido necesario para resolver el problema.
Estos factores existen siempre en particular interrelación y por el periodo en que el aprendiz tarda en resolver el problema. Llegado ese momento la relación entre los factores se redefine. El aprendiz ha desarrollado su potencial y se ha ubicado frente a menos problemas
Estos cuatro factores interactúan en forma dinámica gracias a un proceso de comunicación. El aprendizaje logra resolver cuando establece relaciones significativas entre los recursos que le ofrecen el docente (contenido) y el o los problemas en cuestión.
Lo que es definido o considerado como un problema depende de la perspectiva. En tanto proceso de comunicación, el proceso de la enseñanza y del aprendizaje es posible gracias al funcionamiento de sistemas de control. En medio de una clase, el docente  controla la comunicación observando el trabajo que están realizado sus alumnos. De este modo el docente controla y analiza la tarea realizada, retroalimentado el circuito , de comunicación entre los distintos actores.
El punto de partida de toda enseñanza: la experiencia, la cultura y el saber de los que aprenden.
Experimentar implica probar y examinar prácticamente una cosa, construir experiencias, obtener conocimientos a través de la práctica y  la observación. Se construye experiencia a partir de una intención de aprendizaje. Los aprendices pueden participar de un proceso de intercambio y elaboración de significados, de elaboración de nuevas experiencias, cuando los contenidos que se les acerca para resolver determinados problemas ayudan a cuestionar las formas habituales de pensar y actuar. La  internalización de la cultura elaborada debe servir para reconstruir los saberes preexistentes en el individuo y potenciar la capacidad para resolver problemas. Eso es en definitiva el “aprendizaje”.
Los aprendices obtienen dos mensajes en “paralelo”: uno que sirve para la escuela y el otro sirve para el resto de las actividades vitales. Crear el espacio de comprensión común requiere de un compromiso de participación por parte de los alumnos y del profesor en un proceso abierto de comunicación y meta-comunicación. De este modo, el debate abierto en el aula incluye a todos porque se apoya en los conocimientos y las experiencias que cada uno propone ycomparte.
La función del maestro o profesor:
1)                 Facilitar  la participación activa y ordenada en el aula.
2)                 Presentar problemas adecuados al potencial de desarrollo actual de sus alumnos.
3)                 Ofrecer contenidos que enriquezcan el intercambio y provoquen la reflexión.
4)                 Analizar la manera del proceso para proponer y realizar reajustes.
¿Métodos o estrategias de enseñanza?
Definimos el método como el conjunto de reglas y ejercicios para enseñar alguna cosa de un modo sistemático y ordenado.
El concepto de estrategias  de enseñanza permite dejar de pensar las prácticas de la enseñanza  en función de pasos fijos para entrar en el terreno de principios de procedimientos más amplios.
La idea de estrategia permite salir del universo de las soluciones universalmente válidas para entrar en la cuestión de los juicios propios de cada profesor en su contexto.
La idea de estrategia permite ver que la enseñanza es un arte complejo no exento de decisiones políticas respecto del cómo, por qué y para qué enseñar.
El docente debe aprender y mejor sus técnicas o métodos si quiere ser eficaz en la ayuda y la guía de la tarea que realizan los aprendices.